viernes, 17 de febrero de 2012

Otro momento de complicidad.


Dejamos Barcelona en dirección al aeropuerto, nuestros vuelos salen dentro de 3 horas. Sabemos que es otra despedida, sin fecha de reencuentro. Han sido momento mágicos e inolvidables compartidos en la intimidad. Los kilómetros nos van acercando a nuestro lugar de separación y entonces ocurre, un comentario, una sonrisa, una complicidad y desvío el coche de alquiler hacia un camino en medio de la nada. Una pequeña carretera entre campos y huertas. Miradas y sonrisas pícaras mientras encuentro el lugar ideal donde aparcar.

Rápidamente pasamos al asiento de atrás y todo ocurre con rapidez. Nos besamos como hace escasos momentos hemos hecho. Nos pegamos uno al otro sintiendo nuestra excitación crecer. Mis manos recorren tu espalda y tu cara. Mis labios tu cuello. Te abro la camisa y acaricio tu vientre. Mis dedos te recorren y rozan tus pezones por encima del sujetador.

Entre risas me bajas el pantalón y tus labios se posan sobre mi sexo, tu boca se abre para él y entro en ti. Mi mano recorre tu espalda, abre tu cinturón y desabrocha tu pantalón mientras tu sigues entretenida con tu juguete favorito. Acaricio tus nalgas y juego con tu lugar secreto. Está húmedo para mi.

Subes lentamente y volvemos a besarnos apasionadamente. Te sientas encima de mi y nos quedamos encajados a la perfección. Noto el calor de tu cuerpo alrededor del mío. Los besos inesperados nos excitan cada vez más. Hacemos el amor frenéticamente hasta que alcanzamos el límite. Nos besamos y abrazamos. Ha sido inesperado, atrevido e incomodo, pero ha sido íntimo, lleno de complicidad, de pasión, de amor.