Otro momento de complicidad.
Dejamos Barcelona en dirección al
aeropuerto, nuestros vuelos salen dentro de 3 horas. Sabemos que es otra
despedida, sin fecha de reencuentro. Han sido momento mágicos e inolvidables
compartidos en la intimidad. Los kilómetros nos van acercando a nuestro lugar
de separación y entonces ocurre, un comentario, una sonrisa, una complicidad y
desvío el coche de alquiler hacia un camino en medio de la nada. Una pequeña
carretera entre campos y huertas. Miradas y sonrisas pícaras mientras encuentro
el lugar ideal donde aparcar.
Rápidamente pasamos al asiento de
atrás y todo ocurre con rapidez. Nos besamos como hace escasos momentos hemos
hecho. Nos pegamos uno al otro sintiendo nuestra excitación crecer. Mis manos
recorren tu espalda y tu cara. Mis labios tu cuello. Te abro la camisa y
acaricio tu vientre. Mis dedos te recorren y rozan tus pezones por encima del
sujetador.
Entre risas me bajas el pantalón
y tus labios se posan sobre mi sexo, tu boca se abre para él y entro en ti. Mi
mano recorre tu espalda, abre tu cinturón y desabrocha tu pantalón mientras tu
sigues entretenida con tu juguete favorito. Acaricio tus nalgas y juego con tu
lugar secreto. Está húmedo para mi.
Subes lentamente y volvemos a
besarnos apasionadamente. Te sientas encima de mi y nos quedamos encajados a la
perfección. Noto el calor de tu cuerpo alrededor del mío. Los besos inesperados
nos excitan cada vez más. Hacemos el amor frenéticamente hasta que alcanzamos
el límite. Nos besamos y abrazamos. Ha sido inesperado, atrevido e incomodo,
pero ha sido íntimo, lleno de complicidad, de pasión, de amor.
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