miércoles, 4 de julio de 2012

Placeres pendientes 3

El centro comercial está lleno de gente visitando tiendas y comprando. Tu y yo entramos en la zona comercial de una conocida marca de ropa. Quieres probarte unos cuandos modelitos.

Te paseas por entre los diferentes percheros de ropa seleccionando aquellos que te gustan y quieres probar. Yo te ayudo en la elección. Finalmente te quedas con tres. Un pequeño vestido negro, una falda y un top de puntitos.

Nos dirigimos la probador. Hay gente esperando por lo que pasan algunos minutos hasta que finalmente podemos acceder a uno libre. Entro contigo para darte mi "punto de vista" sobre los diferentes modelos.

Quieres empezar problandote el vestido. Te quitas la camiseta y te pones el vestido. Es ajustado por lo que también tienes que quitarte el pantalón para ver como se ajusta a tus caderas.

- ¿Te gusta?, me preguntas inquisitiva

- Yo creo que te quedaría mejor sin sujetador.

Me haces caso y te quitas tu sujetador. El vestido se pega a tu cuerpo marcando tus pechos que al tacto de la tela se ponen duros y nos reimos. Te miras en el espejo y yo aprovecho para ponerme detrás de ti. Mis manos recorren el vestido por encima de tu vientre y suben hasta tus duros pezones. Te das la vuelta y nos besamos con complicidad.



Mientras mis manos bajan hacia tu culo las tuyas se dirigen a mi pantalón. Nuestros labios siguen pegados en un prolongado beso. Me abres el pantalón y te arrodillas para meter tu "helado" en la boca. Notas como cada vez se excita más y más. Al agacharte, el vestido se ha subido y veo tus nalgas reflejadas en el espejo del probador.

Vuelves a levantarte y nuestras lenguas se buscan de nuevo.  Esta vez soy yo el que me agacho y te bajo el tanga mientras mi lengua encuentra tu sexo totalmente mojado. Te pegas contra el frio cristal y abres las piernas para ofrecerte a mi sin barreras.

Me levanto y te giro, te doblas y entro dentro de ti sin esfuerzo. Nos reimos sin hacer ruido mientras empezamos a hacer el amor. Nuestros reflejos en el espejo ayudan a la excitación mientras tu miras como entro y salgo de ti. El orgasmo llega rápido, un orgasmo sordo, sin ruido. En ambos lados de nuestros probador hay gente.

Ha sido rápido, muy rápido, pero excitante y lleno de complicidad. Nos volvemos a vestir y salimos del probador. Al final, no te llevas ninguna de las cosas que has cogido. Pero nos vamos con una sonrisa.

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