Entramos en el cine para ver la película. La sala está medio vacía porque el horario es una sesión tardía. Apenas 15 personas en toda las sala, la mayoría parejas que aprovechan las últimas horas del sábado para ver una película.
Nos sentamos en las butacas que nos corresponden, casi al final de la sala. No hay nadie más en nuestra fila.
Comemos las palomitas mientras empieza la película. Es una película de intriga, complicada, con un poco de acción. Cuando lleva aproximadamente media hora de proyección empieza una escena en la que los protagonistas se tocan sensualmente. Mi mano se desliza por tu pierna como respuesta a la excitación que propone la película. Tu respondes a mi movimiento separando las piernas y permitiéndome subir más la mano.
Son escasos segundos los que tardo en acceder a tu lugar secreto. Te toco por encima de las braguitas y empiezo a mover mis dedos con suavidad sobre ellas.
Entonces, una idea loca se te pasa por la mente. Sin dudarlo te quitas las bragas y a continuación me abres el pantalón. Mi sexo excitado aparece entre mis piernas y tu aprovechas para cogerlo con la mano. Acercas tu boca y empiezas una felación que hace que alcance el extasis. Cuando me notas a punto de reventar te levantas y te sientas encima de mi.
Entro dentro de ti tan facilmente que por un instante pienso que tu asiento debe de estar empapado. Noto tu calor alrededor de mi sexo. Te levantas y te bajas sobre él proporcinándome oleadas de placer.
Mis manos se dirigen a tu sexo y te acarician mientras te mueves. En unos minutos llega el clímax, alcanzando un orgasmo que te llena de mi semen.
Cuando termina la película, salimos con el resto de la gente y una pareja nos mira con ojos juguetones. Tienen envidia de lo que hemos hecho.
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